El año pasado despedimos 2010 y recibimos 2011 con un par de acertijos. Me gustaría mantener la costumbre de volver a postear alguno de vez en cuando, pero hoy quiero hablaros de otra cosa.
Si alguna vez este blog empieza a parecerse demasiado a un libro de autoayuda, matadme. Pero es que (muy) de vez en cuando se me ocurre que hay algún sistema de hacer las cosas que yo voy a utilizar y que a lo mejor a alguien más le viene bien.
En esta ocasión voy a hablaros de los manidos propósitos de año nuevo.
Creo que yo casi nunca en la vida había hecho ninguno, siempre me han parecido algo muy casposo, no sé exactamente por qué. Sin embargo, este año he decidido darles una oportunidad. Pero no a hacer propósitos, sino a plantear objetivos, que no es lo mismo. Un propósito es algo muy difuso, es una intención de la que no conocemos el resultado; un objetivo es algo concreto a conseguir.
Y para lograr mis objetivos de 2012, he recurrido a algo que me quedó de cuando estudié los sistemas de gestión de las empresas. Las empresas también tienen sus objetivos anuales, y no los plantean de cualquier manera: es algo muy importante, porque va a definir todo su plan de acción. Y como tantas otras argucias de la gestión de las empresas, sirve también para aplicarlo a la gestión de nuestra propia vida.
Lo que aprendí fue que...
Un objetivo es un buen objetivo si:
- Es posible. Parece una perogrullada, pero no lo es. Hay que tener realismo sin llegar al conformismo.
- Depende de ti. Hay que evitar los objetivos que dependen totalmente o en parte de circunstancias externas. Por ejemplo, a mí este año me gustaría ir al gimnasio, pero no puede ser uno de mis objetivos porque depende de si tengo dinero para ello; y eso a su vez depende del precio del gimnasio, de modificaciones a peor o a mejor de mi sueldo, de si me renuevan o no...
- Su consecución es evaluable y medible. Tienes que tener alguna manera de saber si has cumplido o no tu objetivo, y en qué grado. Evitemos el etéreo "leer más" y vayamos al "leer X libros". Aunque suenen muy bien, tampoco cumplen esta condición los propósitos del tipo "ser más amable", "enfadarme menos"... a no ser que se te ocurra una genial manera de cuantificarlos.
Un objetivo tiene muchas más probabilidades de alcanzarse si:
- Tiene un plan de acción que lo apoya. Vale, sabes que quieres adelgazar 8 kilos en 2012. ¿Cómo lo vas a hacer? Plantéate las medidas que vas a tomar para conseguirlo desde el principio. No vayas a lo loco. Divide el objetivo en pequeñas metas a conquistar.
- Está programado en el tiempo. Este es el siguiente paso. Si es posible, es bueno ponerles fecha a esas pequeñas metas. Pueden ser flexibles, tampoco es cuestión de desanimarse porque no cumplamos el primer plazo que nos hayamos autoimpuesto.
Por último quiero recordaros que más vale pocos objetivos alcanzables que muchos objetivos ilusorios.
Como veis, yo este año me lo he tomado en serio xD. Tengo un total de cuatro objetivos para 2012, aunque algunos aún tengo que definirlos mejor. Si las circunstancias lo permiten y no se acaba el mundo ni llega el apocalipsis zombie, en diciembre de 2012 os diré cuáles eran y si los he cumplido o no.
Y vosotros, ¿tenéis objetivos para este año? (espero que propósitos no :P) ¿Cuáles son? ¿Os convence mi planteamiento? ¿Pensáis que me rallo mucho? ¿Os atragantásteis con las uvas? ¿Qué les habéis pedido a los Reyes?
Sobre todo esto y mucho más podréis debatir si pincháis en comentar. ;)