lunes, 15 de agosto de 2011

A veces es difícil salir de ciertas cosas aunque te hagan daño. Hay relaciones interpersonales así.
Son como un vicio, pero no lo son. Porque no les pasa lo que a otros vicios.
El tabaco no va a dejar de ser malo para tu salud. Las drogas no van a dejar de ser un peligro. El alcohol (si se consume en cantidad suficiente) no va a dejar de ponerte en situaciones comprometidas y deteriorar tu salud.
Pero con las relaciones siempre tienes la esperanza, aunque sea mínima, de que todo puede mejorar. De que algún día deje de convertirse en un vicio para ser algo hermoso.
Normalmente, cuando uno tiene esa esperanza es más por afecto al otro que a uno mismo.

Precisamente por eso jode mucho, pero mucho, que al final te echen a patadas de ese vicio, que al final no puedas ser tú la que decide salir, desengancharse. Como un fumador que sabe lo malo que es el tabaco y lo quiere dejar pero le jode que el estado lo tutele en el proceso con imposiciones y prohibiciones.

En el fondo, muy en el fondo, su enfado no es contra el estado ni contra la sociedad, ni siquiera contra el tabaco, sino consigo, por no haber abandonado por sí mismo cuando pudo hacerlo libremente.

2 comentarios:

Laura dijo...

Cuando quieras, sabes donde estoy para mimarte lo que necesites y charlotear :3, besotones. XA-LFDM

Maddie dijo...

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