La Vida va de Aprender

No es por dármelas de sabia ni nada, pero creo que hoy, por fin, he descubierto lo que algunos llaman el Sentido de la Vida. Por lo menos, para mí, y por lo menos, parte de él. Vamos a ser humildes. :)

La Vida va de Aprender. Y no me refiero solo a lo académico, que también. Me refiero a aprender sobre todo: sobre el mundo que te rodea, cómo funciona en todas sus facetas. Sobre la comunicación entre las personas... y entre los animales, y las plantas, y las bacterias, y...
Aprender sobre las palabras, sobre la imaginación, sobre cómo hacer que ambas realidades tan maravillosas se conjuguen en perfecta sincronía para llegar a crear belleza. Tu belleza, la que tú mismo has parido.
Aprender sobre (y del) pasado, tanto del tuyo propio como de todo lo que ocurrió antes de que tú dieras el primer berrido.
Aprender sobre tu propio cuerpo, porque es donde te ha tocado vivir, la primera geografía que debes conocer y la primera casa que debes cuidar y mantener en las mejores condiciones que te sea posible, aunque sea por respeto a ti mismo.
Aprender sobre cómo se entrelazan en el mundo real tantos temas que la gente se empeña en analizar por separado: la biología, la geografía, la antropología, la economía, la historia, la medicina, la política, la literatura, la religión, la filosofía, la física... y comprender cómo todas estas áreas de conocimiento están puestas, al final, al servicio de los sentimientos humanos, de nuestras ambiciones, deseos y anhelos.
Aprender sobre cómo el Amor puede cambiar una vida entera. Sobre cómo el Odio también puede hacerlo.
Pero lo más importante de todo: aprender mucho sobre todos los que nos rodean, y aún más difícil, aprender todo lo que sea posible sobre nosotros mismos.

Creo que la Vida va de Aprender, y si un día no aprendo nada, es un precioso día perdido, un regalo desperdiciado. Problema: que el ser humano tiene una (¿desafortunada?) tendencia a aprender a base de palos, tanto más cuanto más importante es el aprendizaje adquirido. Sabiendo eso, cabría preguntarse: ¿de qué me sirve aprender entonces, si cuando más sepa será cuando menos me quede ya por vivir, y no me quedará mucho tiempo para aplicar mi sabiduría?

Yo tengo mi propia respuesta, vosotros podéis buscar la vuestra. Mi respuesta es: no se aprende para llegar una meta. Ser capaz de aprender, tener la valentía suficiente como para nunca dejar de hacerlo, es la meta per se. La vida es lo que te pasa mientras haces otros planes, dijo John Lennon, y yo me adhiero a él (no literalmente, claro, eso ya lo hizo en su día Yoko en aquella famosa portada de la Rolling Stone). Habrá veces que podremos emplear lo aprendido, y veces que no. Pero, sea cual sea el caso, lo aprendido nos enriquece. Y la auténtica riqueza no se encuentra en la acumulación de sabiduría, sino en el momento justo de enriquecerse, en cada segundo en el que nos hacemos más grandes, más profundos, más abiertos por dentro.

Hoy he aprendido la importancia de aprender gracias a un chico, una de estas personas que se cruza en tu vida por casualidad y de repente te encuentras con que sois compañeros de penalidades. Eso ya de por sí une mucho, pero si además en cuanto empiezas a bucear en él te das cuenta de que es más profundo de lo que imaginaste, y es más, te das cuenta de que tu profundidad y la suya se parecen bastante, pues es lógico que se empiece a hablar de temas (directa o indirectamente) metafísicos. Y nada, que con su particular visión del mundo me ha hecho reflexionar y, no sé muy bien cómo, llegar a esta conclusión, que estoy segura de que compartirá.

La Vida va de Aprender. Va por ti, Edu ;)

pd: últimamente va de dedicatorias la cosa, ¿eh? En la de hoy no tenía la intención, pero no sé, surgió el tema al final xD.