Los que me ven por los foros ya lo sabrán, pero por si acaso: no, no me he muerto. Solo estoy perraca.
Ayer me llegó a casa el diplomita de que he asistido a las jornadas, y me dije: "Maku, ya es hora de que termines tu crónica, que a este paso se va a volver crónica pero de verdad, de las que duran para toda la vida, floja, holgazana y perra, más que perra."
Bueno, en realidad no pensé todo eso, pero vaya, más o menos.
Así que os voy a contar (por fin) lo que acaeció hace casi la friolera de dos semanas antes de que se me olvide.
Primero, si Somoza había empezado el día anterior diciendo que se lo creía todo, lo primero que hizo Joan Manuel Gisbert fue aclararnos que no se creía nada. Y cuando digo nada, es nada. Para que os hagáis una idea, os diré que comenzó su conferencia "Historias secretas de los libros" dejando bien claro que, sintiéndolo mucho, no se creía que ninguno de los presentes estuviéramos allí. Luego explicó que lo decía porque, por simple estadística, el hecho de que justo nosotros y no otras personas estuviésemos allí reunidos era un suceso tan, pero tan improbable que era prácticamente imposible. Luego... me niego a contaros mucho más porque lo estropearía con mis torpes palabras, pero sí mencionaros que, entre otras cosas, nos explicó la diferencia entre ilimitado e infinito (¿vosotros también pensábais que eran sinónimos? Pues no), y nos relacionó todo lo que estaba contando con El Libro de Arena, una novela de Borges de la que yo, en mi ignorancia supina, jamás había oído hablar, pero que me entraron muchísimas ganas de leer. Desde luego, me hizo sentir todo el rato como una ignorante, pero una ignorante extasiada, eso sí.
En fin, una experiencia irrepetible de la que esta crónica no puede mostraros ni la sombra. Si algún día tenéis la oportunidad de oír hablar a este hombre en persona... por favor, por lo que más queráis, no la dejéis pasar. Fue sin duda lo mejor de las Jornadas (sin quitarle mérito a ningún otro acto o conferencia, que conste).
Luego tuvimos una mesa redonda muy interesante sobre los recursos del escritor, que contó con la presencia, entre otros, del ya mencionado José Carlos Somoza. En fin, una delicia. Se dijeron muchas cosas interesantes, pero entre ellas, destacar los que, según Somoza, son los Mandamientos del Escritor. Atentos los interesados, son muy fáciles de aprender porque son solo dos (xD):
1.- Nunca olvides que escribes para otros. Nada de "yo escribo para mí mismo", eso puede hacerlo todo el mundo. El escritor escribe para los demás. Cuando termines, pon distancia (quien dice distancia dice tiempo) entre tu obra y tú y trata de analizarla como algo extraño a ti mismo.
2.- Los personajes son lo principal del ejercicio de la creación. Tienes que lograr que se independicen de ti, que tengan voz propia. Y eso se hace a base de mucho trabajo y de conocerlos muy bien. No hagas fotocopias de ti mismo.
(Notas de Maku: luego se aclaró que el primer mandamiento no implica venderse, ni mucho menos. Por supuesto que nos tiene que gustar lo que escribimos, pero no podemos perder el norte: si de verdad pretendemos que otras personas lo lean y lo disfruten, hay que tenerlo en cuenta en todo momento. Sobre el segundo mandamiento, creo que no está necesariamente reñido con lo que luego compartió con nosotros Santiago García-Clairac, ahora entenderéis por qué lo digo).
Después vino una conferencia-presentación conjunta, porque se nos echaba el tiempo encima y había que fusionar: Santiago García-Clairac con su Ejército Negro y José María Carrasco presentando El Regreso del Capitán Nadie.
Descubrimos a un García-Clairac metódico y meticuloso, que nos dejó a todos muy claro que a él ninguno de sus personajes se atreve a rebelársele. En contraposición con lo dicho anteriormente por Somoza (que nos relató cómo uno de sus personajes prácticamente "se negó" a que una droga que le habían administrado le hiciera efecto), él no les dejaba pasar ni una. Sabe cuál va a ser la función de cada personaje y consigue que la cumpla y que todo quede perfectamente entrelazado, tal y como estaba planeado desde el principio. Daba gusto, desde luego, te daba tranquilidad escucharlo hablar.
Pero personalmente, pienso que el tener a tus personajes bien delimitados y saber desde el principio lo que van a hacer y lo que no, cuándo van a sufrir, las decisiones que van a tomar y cuándo y como van a morir no está reñido con que tengan libertad, para que se independicen de ti. Han tenido libertad para formarse en su cabeza, tú, si lo has hecho bien, les habrás dotado de una forma de ser, un pasado, un entorno y un presente que lo hacen único y especial. Si todo eso está bien, no es necesario que el personaje te dé "sorpresas" (hablando claro, que tomes decisiones repentinas sobre él que no estaban en el guión) para considerar que esté vivo. Ahora bien, que si eso pasa, tampoco es fallo del escritor. Siempre podemos darnos cuenta de que estábamos equivocados en el último momento; lo malo sería cerrarse.
¡Cómo me voy por las ramas! Bueno, seguimos. Otra cosa que dijo Clairac y que creo que es importante es el tema de la utilidad de los libros. Dijo que él escribía algo cuando veía que iba a tener una utilidad tanto para él como para el posible lector. Que ambos iban a sacar algo, que iban a aprender de aquella historia. Que si veía que no había utilidad ninguna, no le merecía la pena. Me resultó una idea muy bonita. :)
¿Qué más? Después de la comida les llegó el turno a los chicos que venían de parte de las asociaciones juveniles de manganime. Fue un debate bastante entretenido, en el que al final casi acabamos hablando más de rol y de la incomprensión general que gira en torno a ese mundillo que al manga en sí. Surgió una pregunta curiosa: ¿por qué creéis que hay tanta gente que tiene ambas aficiones en común? Me refiero al manga (o lo podemos abrir al cómic en general) y al rol. En principio son dos cosas bastante distintas y diferenciadas... Yo tengo mi propia teoría y la compartí con todos en las jornadas, pero me gustaría que vosotros me diéseis también vuestra opinión.
Después de la charla sobre las asos juveniles, le tocó de nuevo a Corominas subir al estrado, pero en esta ocasión me decepcionó un pelín... no por nada, sino porque lo que nos contó sobre ilustración en el mundo de la literatura fantástica y sobre la importancia de las portadas y todo eso, era prácticamente lo mismo que la introducción que había hecho en su taller de ilustración el día anterior. Claro que creo que solo Dani y yo (los fatiguitas por excelencia de las jornadas) asistimos a las dos cosas (el taller del viernes era como más... aparte de las jornadas, podías apuntarte y asistir sin haberte inscrito en las jornadas completas), y supongo que por eso lo repitió, porque en un 97% (aproximadamente) éramos una audiencia distinta.
¡Buf! Quien llegue aquí le doy un premio. Las Jornadas se clausuraron con la conferencia taller de Nerea Riesco (es más guapa en vivo, por cierto), la autora de Ars Magica y ganadora del premio Ateneo de Sevilla de Novela Joven hace un año o dos, creo. Ha llevado durante bastantes años unos talleres literarios en Sevilla y sabe mucho de recursos para los que están empezando. Nos habló de las 31 funciones del cuento, de Propp, y de cómo, de una manera u otra, se veían reflejadas (no todas a la vez, pero sí algunas) en casi cualquier relato o novela. A mí me pareció curioso, pero no me convenció mucho, porque me dio la impresión de que a ciertos sucesos hay que darles muchas vueltas filosóficas para verlos como una lucha, una boda o una transfiguración. Sigue convenciéndome más el Viaje del Héroe, de Joseph Campbell. Pero fue algo curioso de saber, desde luego.
Y eso fue todo. Dentro de poco, las fotos. ^_^
3 comentarios:
¡Qué interesante todo!
Me han interesado sobre todo las reflexiones sobre los personajes; aunque mi teoría propia sobre el tema está muy clara: si un personaje tuyo se hace a sí mismo, es lo mejor que te podría pasar. Lo digo en serio, los personajes más redondos que tengo se han ido formando casi por instinto en mi cabeza... Eso sí, a veces el resultado es que tienes que revisar los diálogos y escenas de una novela, porque te das cuenta de que tal cosa que el personaje fulanito, al que antes no tenías tan madurado, ha dicho o hecho, ya no te convence en absoluto y no pega con su carácter. Pero para mí merece la pena, porque me doy cuenta con estupor de que ahora tengo héroes más auténticos (claro que lo mejor es que el personaje sea redondo desde el principio, porque anda que si lo creas, publicas el libro y luego te arrepientes... deejemYarenejjjem XD).
Sobre lo del manga y el rol no me atrevo a conjeturar demasiado, más que nada porque no soy muy dada a ninguna de las dos cosas (lo mío es más bien la fantasía novelada o en cine...). Aun así, supongo que ambas son cosas que implican ser amante de la imaginación y algo friki XDD, igual que otras aficiones relacionadas con los fantástico. O sea, que puedes no compartir solo algunos de esos gustos, como yo; pero al mismo tiempo son muy compatibles.
Joé, qué interesante! O.O Te habrá ayudado un montón el encuentro, ¿no?
Un pa, señoritinga ^^
Pero pasa tambien con los libros y determinados videojuegos (incluso pelis). Cuando hay una historia cuidada detras y un personaje itneresante, acabas metiendote en la historia e imaginandotelo, acaba absorviendote y te mete de lleno en todo lo que lo rodea.
En eso este tipo de arte se aprece al rol bastante, acabas tomando el rol del personaje, identificandote con él, sufrienod con sus cosas... vamos, como en el rol (salvo que el personaje y su historia te lo inventas tu :P).
Y por cierto, muy interesante, a ver si con suerte voy algun año de estos ^_^. Xa-LFDM
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