sábado, 6 de junio de 2009

El pobre San Benito

¿Qué tendrá el pobre San Benito para que su nombre haya acabado siendo sinónimo de fama injusta e inmerecida, de falso encasillamiento, de etiquetar a las personas? 
Pues ni idea, pero lo que sí tengo claro es que si hay un colectivo acostumbrado a que le cuelguen sambenitos, es precisamente el de los creyentes. 

Y, ¿a qué viene todo esto, cuando acabo de publicar otra entrada? Pues a que, ya que estaba por aquí, me ha dado por entrar en un fantástico blog llamado Rizoma Mental que hará las delicias de todos aquellos a quienes os guste devanaros los sesos con preguntas filosóficas y vivencias del día a día. Y dentro de este Rizoma me encontré con un texto bastante interesante, dividido en tres partes:


El texto en general me ha gustado (me han dado ganas de comprarme el libro), estoy muy de acuerdo con las ideas que se plantean de dejar las autolesiones psicológicas que de cuando en cuando nos infligimos y ponernos metas alcanzables que dejen salir toda nuestra potencialidad, para así poder tener una vida plena. 

Lo que me ha sorprendido una vez más es la necesidad que parecen tener algunos pensadores de darse fuerza y justificar sus argumentos a base de colgarle sambenitos obsoletos a la religión. Pareciera que es como un trampolín que necesitan para saltar y llegar a sus ideas cumbre. Pero vamos a ver, si tu tesis ya tenía suficiente fuerza antes de que cayeras en el anticlericalismo barato...

Bueno, pues todo eso lo iba a comentar en el blog correspondiente, pero no me lo permitía blogger porque me quedaba demasiado largo como comentario, así que decidí postearlo aquí mismo, en mi blog. Porque además, era un comentario tan profundo que ya se merecía ser entrada de blog por sí mismo. Esto es lo que me gustaría haber comentado:

"[El texto] me recuerda un poco al famoso Zeitgeist (aunque esta lectura la he disfrutado mucho más) por arremeter contra el cristianismo sirviéndose para ello de una moral cristiana ya obsoleta. Pareciera que hay gente a la que le conviene creer que el pensamiento general del cristiano de a pie es igual ahora que hace un siglo o cincuenta años, a pesar de que este es un error de lo más absurdo que se subsanaría simplemente manteniendo conversaciones con un cierto número de creyentes, porque si bien es cierto que los textos sagrados siguen siendo los mismos que hace 100 años, no así su interpretación. Pero bueno, ya digo que a veces ese esfuerzo de diálogo no les sale a cuenta porque "jo, a ver si me voy a quedar sin argumentos, y entonces qué hago".
Yo soy creyente y no considero que una correcta interpretación de la Biblia genere sentimientos de culpabilidad a no ser que el lector ya esté predispuesto a ello. El pecado original es un concepto que simboliza que el ser humano no es perfecto y tiene fallos; en mi opinión, la idea que se da en los Evangelios de que a pesar de esa imperfección Dios ama a cada uno infinitamente puede precisamente ayudar a alguien que está de bajona a valorarse. No digo que uno solo se pueda valorar a través de Dios, pero sí que puede ayudar. Por cierto, que curiosamente, de las personas que conozco, las que peor concepto tenían de ellas no eran religiosa. Ninguna de ellas. Puede ser casualidad, o puede que no. También conozco otras muchas no religiosas con una moral, ética y autoapreciación sanísimas, que conste. Lo único que prueba lo anterior es que en ninguno de esos casos enfermizos se le podía achacar el odio a sí mismo a nada relacionado con la religión. No sé, es que a veces me da la impresión de que somos los propios creyentes los que vamos por delante en derribar antiguos dogmas, y la gente que no lo vive o lo ve desde fuera cree que es algo novedoso para nosotros decirnos que no nos sintamos culpables porque "Adán y Eva pecaron". Por favor, que somos ya mayorcitos. Todos. Está genial eso de tomar conciencia de nuestro potencial y aprovecharlo al máximo posible para tener una existencia plena (pooor cierto y a riesgo de parecer repelente, existe una parábola sobre eso, la de los Talentos :P), sin querer llegar a la perfección absoluta. Metas alcanzables. Es más importante de lo que parece. Cuando uno ve muy lejos la meta, lo que suele hacer es cruzarse de brazos y no dar ni un paso, malgastando la existencia. Pero si conseguimos proponernos algo que está dentro de nuestras posibilidades... entonces sí luchamos por conseguirlo. Y es una gratificación enorme cuando lo consigues. Y a base de eso uno es feliz, creo yo. Vamos, que en todo eso estoy de acuerdo con el texto. n_nU Pero menos demonización, por favor. Que ahora está de moda echarle la culpa a las religiones de todos los males que atenazan al ser humano, y no hay nada menos original y desfasado que apuntarse a ese carro. Esto ya no tiene mucho que ver, pero bueno, me desahogo: muchas veces me da la impresión de que las opiniones antirreligiosas (y supuestamente super progres y revolucionarias) que oigo por ahí, son más anticuadas que las mías. Por eso de que nos asocian etiquetas o ideas a los creyentes sin preguntarnos siquiera qué tenemos en la mollera. Se supone que el arma natural y más poderosa del progresista es el diálogo. Así que esos que sin diálogo ya creen que lo saben todo sobre ti porque te encasillan, no son progres ni en sus sueños. He dicho xDD ¿Por qué tengo la impresión de que acabo de soltar algo que llevaba mucho tiempo queriendo decir, y que esto en realidad debería ser una entrada en mi propio blog? Lo pensaré. XD"

Y lo pensé, y por eso está aquí puesto.
Ánimo a todos los que estéis de exámenes.

3 comentarios:

Fiora dijo...

Además de darte las gracias (estoy de exámenes), Maku, totalmente de acuerdo.

Edu dijo...

Hola Inma!:

Tus comentarios me han parecido sumamento lúcidos. Entiendo que una persona que haya elegido creer en lugar de no hacerlo pueda sentirse presionado, más teniendo en cuenta lo rápido que a veces criticamos el cristianismo y olvidamos otras religiones profesadas con devoción total y que son realmente dañinas, como la religión del dinero, del elitismo etc.

Yo elegí no creer, y espero no molestar a nadie por ello, menos a una persona encantadora como tú. También elegí la tolerancia, el respeto y el cuidado de si mismo y de toda forma de vida.

Como una pequeña contestación a un aspecto de lo que comentas, te invitaría a pensar sobre una cosa: a veces nos encasillamos a nosotros mismos y terminamos defendiendo causas que nos son ajenas, nos sentimos unidos a un colectivo y reaccionamos pasionalmente ante ciertos comentarios, cuando en realidad no pertenecemos al rango de personas a las que va dirigida la crítica.

Yo procuro pensar libremente y, de forma respetuosa, discutir lo que sea. A mi ritmo y a mi aire.


Bueno un besito muy fuerte. gracias por aportar.

Anónimo dijo...

Genial lo que has expuesto ;)
Yo, al igual que Edu, he elegido no creer. Pero sí elijo también no ya respetar solamente, sino saber ver lo bueno en algunas opciones distinta a las mías.
En cuanto a lo que comentas... me parece un poco fuerte que haya gente no creyente que sea la primera interesada en que los cristianos mantengan los dogmas, superando incluso a Ratzinger XD. Creo que ya sabes a qué me refiero ;)

Por no hablar de los que opinan sobre lo que creen que "los cristianos creen que creen". Llegando a conclusiones como que el cristianismo es muy dañino para la persona en cuestión.
Prejuicios que se curarían, como tú dices en la entrada, "manteniendo conversaciones con un cierto número de creyentes".

Pero repito, es más fácil escribir sobre lo que uno cree que un cristiano cree que cree. O sea, desde la pura ignorancia y el prejuicio propio.

No me hace falta decirte nada más ;)
Un beso.
L.B